Mauro Rosales está en la ciudad. Como cada vez que el fútbol le da un tiempo libre. Uno de los mejores jugadores que dio Villa María se escapó de Seattle para pasar las fiestas en familia. Una charla del pasado, el presente y el futuro, River, Bielsa, Alumni…
Mauro Rosales está viviendo un gran presente en el Seattle Sounders de la Mayor League Soccer de Estados Unidos. El ex Alumni se ganó el galardón de “mejor contratación” del año, terminó solo detrás de David Beckham entre los mayores asistidores, y aún le restan dos años más de contrato.
Desde hace unos días descansa en Villa María, lugar al que siempre quiere volver.
Si tuvieras que elegir una etapa en tu vida, ¿con cuál te quedás?
No podría elegir una. En todas disfruté y aprendí. Por ejemplo, el baby en el Santo porque me llenó de amigos y hasta salí campeón. Estados Unidos y Europa porque culturalmente me ayudaron muchísimo. Todas tienen cosas muy buenas.
¿Qué recordás de Newell´s?
Qué llegué soñando ser profesional. Fui a probarme junto a otros 20 chicos y quedamos unos 10, pero de a poco todos se fueron volviendo.
Me daba mucha fuerza ver que muchos se quedaban en el camino porque sabía que podía pasarme lo mismo, entonces trabajaba el doble. Muchas veces pensé en volverme por extrañar.
Al principio estábamos los 10 cordobeses en una habitación, se empezaron a ir y quedé prácticamente solo. Y eso que había chicos de Alumni que habían ido mucho mejor que yo, pero que tal vez pusieron otras prioridades. Yo creo que tuve motivaciones fundamentales: Salir campeón en inferiores, a los 17 estar en la selección, a los 18 debutar en primera, a los 20 salir campeón, a los 23 otra vez. Los resultados ayudan mucho.
¿Perdiste muchas cosas por darle prioridad al fútbol?
Me perdí de todo, pero puse al fútbol por delante de todo y no paré hasta conseguir lo que quería. En mi adolescencia volvía a casa cada un mes y medio, no sé cuantos aguantan estar encerrado en una pensión con 17 años.
El crecimiento de mi sobrino, cumpleaños de mis viejos, salir con mis amigos, todo me lo perdí por completo. Mientras estaba encerrado en una casa, solo, para jugar al día siguiente. Pero mi mentalidad era muy fuerte, y sabía que más adelante iba a recuperar eso que me perdí.
Incluso, también ya me hubiera gustado haber formado mi propia familia, pero no es fácil encontrar quien deje de lado su vida personal y te siga a todos lados. También voy a tener tiempo para eso.
¿Cómo fue tenerlo a Marcelo Bielsa de técnico?
Fue el mejor entrenador que tuve en mi carrera y el que más me ayudó a crecer. Su jerarquía a nivel mundial me preparó para lo que viví después en Holanda.
Es un tipo detallista, que no se conforma con nada. Hace los entrenamientos tan importantes como un partido. Por suerte entendí mucho su filosofía y su manera de ver el fútbol.
Muchos jugadores nos hemos vuelto locos alguna vez por sus gritos o exigencias, pero te da todos los fundamentos para cada cosa que te exige y no hay entrenadores que hagan eso. Bielsa te terminaba convenciendo.
¿Estabas preparado cuando diste el salto a Europa?
Mirando atrás es cuando más fuerza juntas para los desafíos que tenés en frente y yo sentía que estaba preparado por lo que había vivido en Newell´s y en la selección. Ser sparring durante 2 años de la mayor y entrenar contra Batistuta, Crespo, Sorín, me mostró hacía donde tenía que apuntar para llegar al nivel europeo.
Económicamente también fue muy importante para vos.
Siempre en ese sentido ayuda muchísimo, pero el jugador no piensa tanto en lo que va a ganar sino en lo que se va a enfrentar. Tenés que focalizarte en jugar y seguir creciendo para que los buenos contratos no se corten, para el día de mañana poder tener un buen bienestar para tu familia. Para mi es lo más importante, poder ayudarlos no tiene precio. Mi familia trabajó toda su vida, y que yo pueda ayudarlos es una satisfacción enorme.
Al volver, ¿Por qué River?
Aparte de Newell´s, era el club en argentina en donde tenía ganas de jugar. Mi deseo era poder volver a Argentina y salir campeón con River, y lo conseguí.
¿Fueron 3 años malos?
No, hubo de todo. Se dio que tuve la posibilidad de jugar y luego que no. Nos tocó salir campeón, y también nos fue mal. Pero es parte de lo que podía pasar, porque cuando salimos campeones se fueron como 5 o 6 jugadores y no se contrató más, había que arreglarse con lo que se tenía y realmente se necesitaba un plantel más largo. Uno se siente parte del descenso, pero no total responsable porque el último año y medio no estuve en el club.
¿Imaginabas que podía llegar el descenso?
Nunca pensé que podía pasar.
Siempre volvés a Villa María, ¿tu futuro está acá?
No lo pienso ahora, pero si estoy seguro que va a ser cerca de mi familia. También sé que después del fútbol tengo el deseo de compartir mis experiencias con los más chicos.
¿Volviste a tu nivel en Estados Unidos?
Nunca desconfié de lo que puedo dar como jugador de fútbol. Gracias a dios tuve un excelente año donde me tocó tener muchos buenos partidos, salir campeón, clasificar a copas. El jugador si tiene los compañeros alrededor con las mismas ganas, puede triunfar en cualquier lado. Pero si no tenés lo que necesitas, las cosas no salen bien.
¿Querés una revancha en el fútbol argentino?
No tengo que demostrarle nada a nadie en el fútbol argentino, ni darle revancha a nadie. Acá hice lo que tenía que hacer y me fue excelente cuando me dieron la posibilidad y confiaron en mí. Tuve buenos y malos torneos, el fútbol es así. Pero estuve en la selección juvenil, en la mayor, jugué la Copa América, salí Campeón Olímpico, fui campeón en Argentina y jugué en un equipo importante de Europa. ¿Qué tengo que demostrar? El fútbol ya me dio más de lo que había soñado que podía lograr.
¿Volverías a jugar en Alumni para cerrar tu carrera?
Todo es posible.