jueves, 28 de abril de 2011

El Hombre del Gol

Con 38 años, Javier Carassai es uno de los jugadores más grandes que hoy disputan la Liga Villamariense de fútbol. Volvió para ponerle fin a una carrera que empezó en Alumni, pero que convirtió en leyenda en Acción Juvenil de General Deheza.

Unos 300 goles en más de 400 partidos durante 20 años de carrera como futbolista.
Cualquiera que leyera estos números podría pensar que se trata de uno de los más grandes goleadores del fútbol argentino. Pues, no estaría muy equivocado en hacerlo.
Javier Carassai no jugó en Primera División. Tampoco lo hizo en B Nacional. Apenas si tuvo un puñado de encuentros en los torneos Argentinos.
Javier hizo su historia, llena de festejos, con gambetas y definiciones de todos los colores, en esas canchas en donde el pique de la pelota siempre traiciona y las patadas son tan fuertes que no hay hielo que baste.
El villamariense de 38 años es una gloria de la liga de Río Cuarto, y especialmente de Acción Juvenil, club con el que forjó un romance más allá del fútbol.
Hoy está cerrando su enorme carrera en nuestra liga, la misma que ,20 años y cientos de goles atrás, lo vio gritar por primera vez.

Primeros pasos en Alumni

Su primera pelota la pateó en el baby del Barrio Industrial a los 6 años. Cuando cumplió 10, se enteró que Alumni convocaba jugadores clase ´73 para incorporarse a las divisiones inferiores, y no dudo en ir: “Quería jugar en Alumni porque uno siempre busca lo más grande y en Villa María lo es. Además iba siempre a la cancha, moría por jugar ahí”.
En una semana se incorporó al club, y al poco tiempo ya se encontraba jugando la Liga Cordobesa, enfrentando a equipos como Belgrano y Talleres. “Para un chico de mi edad, era increíble”.
Cuando logró establecerse en el “Alumnito” (el por entonces equipo de reserva), jugar en primera parecía una quimera, ya que tenía por delante a grandes nombres como Santoni, el “Cachula” Márquez, Sacheto y Mondadori.
La chance de debutar en el primer equipo llegó cuando el “Perro” Alvarelo se lesionó e Iván Miranda eligió a Carassai como el reemplazante. Pero además de eso, se dio el lujo de lograr lo que todos los pibes sueñan el día de su debut: “Tenía 17 años. Jugamos contra Deportivo Colón, hoy Presidente Roca. A los 24 minutos, marqué mi primer gol. Lo recuerdo como si fuera hoy. Mondadori se la tocó a Molina, él me la dio a mí en el último instante y yo le pegué de zurda como venía. Ganamos 3 a 2”.

Su lugar en el fútbol

En la primera de Alumni jamás encontró continuidad. Se consagró campeón provincial en el ´91 y de la Liga Cordobesa en el ´93, pero sus minutos en cancha eran escasos. A tal punto llegó su arraigamiento al banco de suplentes que en el 95, y con 22 años, llegó a pensar en dejar el fútbol porque “no progresaba, sentía que no era lo mío”.
El destino se encargó de que esos botines no se dejaran de gastar y le dio una oportunidad. 
Pocos saben que puede haber seducido a la gente de Acción Juvenil de General Deheza, pero lo querían en su equipo. Fue 2 veces a préstamo, y la tercera, sellaron un matrimonio definitivo.
“Fui por 6 meses, salimos sub campeones y yo goleador del torneo con 16. Volví a Alumni y todo siguió igual para mí. Me quiso otra vez Acción, esta vez por 1 año. Hice 22 goles y salimos campeones. Cuando regresé se interesaron de nuevo, pero esta vez pedí que me compren el pase. Me sentía cómodo quería quedarme ahí”.
Y no es para menos. Javier Carassai, finalmente, había encontrado su lugar: “Ese año hice 25 goles. Jugué el torneo Argentino B en Villa Mercedes en el 98 y también en el 2000, siempre a préstamo porque me quería quedar en General Deheza. Esos años salimos campeones con Acción en la Liga de Río Cuarto y sub campeones provinciales, además fui goleador en cada torneo.
En el 2001 rompí un record: En la Liga de Río Cuarto son 30 fechas, y yo metí 29 goles, casi uno por partido. Nadie igualó eso. En el 2004/05 fui a Atenas para el Argentino B, y en el 2007 a Estudiantes. Después de eso tuve la posibilidad de ir a Bolivia, la única vez que estuve cerca de un equipo profesional, porque el técnico de Banda Norte fue a dirigir allá y me quería, pero al poco tiempo renunció”.
Muy atrás había quedado ese deseo adolecente de jugar en Alumni. Después de tantos años y goles, Javier Carassai hizo de su nombre una leyenda tanto en Acción Juvenil como en la Liga Riocuartense.


Javier homenajeado en su último partido con Acción Juvenil

Sus números lo dicen todo: 380 partidos y 259 conquistas, solamente contabilizando los que realizó con la camiseta de Acción Juvenil. Lo que lo convirtió en el goleador histórico tanto del club como de la Liga.
A eso, hay que sumarle todo lo que logró en sus años por Villa María, Provinciales, Torneo del Interior y Argentinos. Lo que, sin poder ser exactos, redondea más de 400 partidos y 300 goles.
Como para apreciar la magnitud de éstos números, vale la pena mencionar que ningún jugador en nuestro fútbol profesional llegó a 300 goles oficiales.

Acción Juvenil, su club, su trabajo y su casa

Fueron 15 años de un romance inquebrantable. Más allá de las líneas de cal, Acción Juvenil fue su casa. Literalmente. En el 2001, cuando el país entró en crisis, el fútbol dejó de ser rentable para la mayoría de los futbolistas de las ligas regionales. Y Javier no fue la excepción. Pero el club se encargó de darle trabajo, y hasta la posibilidad de vivir allí. “Desde ese año y en la actualidad tengo a cargo el mantenimiento de 4 canchas. Y también el mantenimiento del parque de un predio grande del club. Me dieron la posibilidad de trabajar y también una casa para vivir. Devolver eso con goles es lo menos que podía hacer. No tengo más que agradecimientos para todos los dirigentes que pasaron.”

Volver a jugar, un desafío a los 38

En el 2009, una lesión en uno de sus tobillos lo llevó a tomar la decisión más difícil para un deportista. “Si no fuera por eso seguía jugando, porque no sentía que mi carrera tenía que terminar”, asegura.
Tras un año y medio, después de una operación y cientos de horas de rehabilitación, logró recuperarse totalmente. Además, empezó a cumplir una deuda pendiente: Estudiar Teología.
Amores que matan nunca mueren, y el suyo por el fútbol no podía terminar de la forma en que terminó. Por eso, con 38 años, y como si aún le quedaran cartuchos por gastar, después de unos encuentros en una liga comercial Amateur se corrió la voz de que el tremendo goleador estaba de regreso. Entre 3 interesados, decidió que era tiempo de volver a pisar las canchas de su Liga Villamariense natal.


En su regreso al fútbol, con los colores de San Lorenzo de Las Perdices

“Nunca pensé que me iban a llamar después de retirado. Decidí volver a jugar más como un desafío personal, para probarme que mi carrera no se había terminado. Terminé eligiendo San Lorenzo de Las Perdices y les agradezco la posibilidad, pero creo que es el último año que juego. El fútbol es mi vida. He cumplido objetivos y muchos me van a quedar pendientes. Voy a extrañar ese cosquilleo antes de cada partido. Pero creo que Dios a cada uno le da un talento para que haga lo que mejor pueda con él. Esto fue lo que yo más pude”. Puede quedarse tranquilo, Javier, que no fue poco.

1 comentario:

  1. me encanto la nota aparte que conozco a el entrevistado como al periodista.
    muy buena historia pero es una lastima que los dirigentes de alumni no se fijaran o aunqe sea un reconocimiento para javier enves de terminar en san lorenzo!
    un abrazo a ambos Diego godoy

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