lunes, 28 de noviembre de 2011

El Gusto de Correr

Nunca es tarde para empezar a hacer un deporte. La edad es el muro que se ponen aquellos que no tienen la fuerza de voluntad para hacer mover sus músculos.
José Luís Táppero lo sabe bien. Tiene 46 años y ha cruzado la meta en más de una decena de maratones. No parece un gran número, pero cobra valía si se tiene en cuenta que hace menos de 10 años fue cuando decidió hacerse atleta.

Hurga en sus recuerdos y sentimientos y de todas formas le cuesta encontrar las palabras para explicar cómo fue que sucedió.
“Por casualidad”, dice primero. “Me despertó curiosidad”. Escarba más hondo y suelta: “Se tuvo que dar, como se me podía haber despertado por ir a pescar. No sé porque ocurrió”.
La cuestión es que en el 2003 iba a ir a ver a un amigo que corría una maratón de 30 km que unía La Falda – Capilla del Monte. Ese amigo se lesionó, pero José fue de todas maneras.
Siguió los detalles de la carrera desde su auto y no podía dejar de plantearse “¿cómo puede ser que esta gente corra esto?”.
Durante el viaje de vuelta a casa, miró a su señora y tiró: “El año que viene la vengo a correr”. Así de simple.
“De a poco empecé a salir a correr por el pueblo. Pesaba cerca de 100 kilos, así que hacía 500 metros y no daba más”, cuenta José, oriundo de Carrilobo y que vive en Villa María hace 4 años.
“Fui alargando con el tiempo. Había armado un circuito por un campo que era de 5,5 km y que nunca podía terminar. Un día me agarró una tormenta y le di derecho sin parar. Cuando me descuidé, lo había terminado y ahí me di cuenta que podía correr un poco más”.

Correr de verdad

Y era cierto, nomás. Un año después, tal como se lo había prometido, volvió y corrió los 30 kilómetros de La Falda-Capilla del Monte. “Terminamos llorando con mi hermano porque había sido algo realmente muy difícil”.
Cumplió, pero no se quedó ahí. Le empezó a sentir un gusto particular y por eso no tardó mucho en plantearse el siguiente objetivo. “¿Por qué no correr la maratón de 42 km en Buenos Aires al año siguiente?”.
A esa altura ya no corría solo por el pueblo,un par de amigos también se largaron atrás de él.
Así fue como en el 2005, con más de 40 años, corrió su primera Maratón (Oficialmente una maratón es de 42 km). “Terminar una competencia de 42 km para quien nunca lo había hecho fue todo un logro. El viaje fue hermoso, llegamos los 4 de Carrilobo que fuimos”.
Desde ese día, José no se perdió ni una edición de la Maratón de Buenos Aires. Tiene siete.
El 29 de Octubre de 1986 estuvo en cancha de River viendo como su equipo salía campeón frente de américa de Cali de la Copa Libertadores. El mismo día, del 2006, su segunda maratón terminó justamente dentro del mismo estadio. Conmemorando lo que fueron los 20 años de la conquista.
También corrió 2 veces en Rosario, en 2009 y 2010. Completó La Falda- Capilla del Monte en su única edición de 42 km, y este año se dio el lujo de cruzar la frontera para correr la maratón de Santiago de Chile, con más de 20 mil participantes de todo el mundo, totalizando 11 maratones completas.
Además suma una buena cantidad de medias maratones (de 21 km) y otras competencias cortas corridas por la zona.


Números

Se programa 2 carreras de 42 km para correr en el año. Prepararse para cada una implica entrenar 6 días por semana durante 14 semanas. “Son 28 semanas de entrenamiento a full en el año, corriendo 70 kilómetros en 6 días. Puede ser muy frustrante porque uno entrena todo eso, y 2 días antes te enfermás no podés correr”. Cuando no tiene una carrera en el horizonte, corre igual. El cuerpo se lo pide. “Me siento mal cuando no corro por 2 o 3 días. Mi organismo me lo pide, me empieza a acusar cosas”.
Los números son lo de menos. José no corre por las marcas. Sin embargo, tanto esfuerzo ha dado frutos.
Su primera maratón la completó en 4 hs 20 minutos. A medida que pasaron las carreras el tiempo fue disminuyendo, y este año en la de Buenos Aires se dio el gusto de marcar 3 horas y 28 minutos, el menor registro desde que corre. “En mi categoría (de 45 a 49 años) salí en el puesto 89 de 730. Y de 5572 que terminaron la carrera, quedé 720”.

Contra el físico y la mente

Sobrellevar el desgaste físico durante una maratón es algo que aprendió con el tiempo. Leyendo, buscando en internet, y preguntando. A punto tal que recién la primera carrera que completó sin detenerse fue la de Buenos Aires este año.
“Generalmente uno se va deteniendo en los puestos de aguay empieza a caminar. El problema es que arrancar otra vez cuesta el doble porque los músculos se relajan, por eso es importante después de unos 25 kilómetros hacer una mirada interior del cuerpo para ver como está, y así automotivarse a continuar”, explica José, quien corre la totalidad de la carrera con una botella de agua en la mano. “No puedo sentir la abstinencia de agua”, se ríe.
Además, marca que hay algo determinante durante la monotonía de los pasos del trote: El agotamiento mental. “Lo psicológico es determinante. Ves que gente se acalambra y queda al costado del camino y empezás a pensar que te va a pasar lo mismo. Hay momentos que tu mente te quiere frenar más allá de que tus piernas estén bien. Vas como adormecido y necesitas un cachetazo para despertarte”.

 Para José es un hobbie. Corre por el placer que le significa cruzar una meta. “El sentido de superación física y mental que da cada carrera es inexplicable. Cuando tomó dimensión de lo que estoy corriendo y a la edad que lo hago, para mí es muy motivador.”
Disfruta la carrera en su plenitud. Cada paso, cada experiencia. “No hay dos carreras iguales. Cruzás gente que va sacando fotos, otro que corre con el perro o un ciego que tendrá unos 60 años y termina. Esto hay que hacerlo para gozarlo. Para sufrir está el trabajo. Si lo sintiera como algo sacrificado no lo haría”.

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